viernes, 6 de febrero de 2009

El Palacio de Versalles

Palacio de Versalles

Es un edificio que sirvió de residencia real en siglos pasados. El palacio está ubicado en el municipio de Versalles, en Île-de-France. Su construcción fue ordenada por Luis XIV. Luis XIV dejó París y decidió construir Versalles como una pequeña ciudad alejada de los problemas. Tendría varias etapas constructivas, marcadas por las amantes de Luis XIV. * Primera etapa (1661-1668): Sería un palacete de caza al que se añadieron dos alas laterales que, al cerrarse, conformaron la plaza de armas. Son fachadas de ladrillo y unifica la cubierta usando también la pizarra y las mansardas. * Segunda etapa (1668-1678): Luis XIV pretende trasladar definitivamente la corte a Versalles. Añaden las dos alas laterales para dar prioridad visual al jardín, realizado por Jules Hardouin Mansart. La fachada que da al jardín está construida siguiendo el modelo italiano. Un primer piso de sillares almohadillados. Un piso noble de doble altura con crujías retranqueadas, jugando con entrantes y salientes y alternando columnas y pilastras. Por último, un tercer piso que sería el ático, rematado por una serie de figuras escultóricas (trofeos y jarrones) que casi no dejan ver la caída de la cubierta, la cual no es muy inclinada. Llegaron a vivir en él hasta 20.000 personas. * Última etapa (1678-1680): Es la ampliación realizada por Mansart, el cual construyó la capilla real que es importante, ya que se copia en España. Está situada al extremo del palacio. Tiene tribuna alrededor del templo y el rey se situaba sobre el altar mayor.

Un poco acerca de...

En un inicio, la Chateau de Versalles no era más que una casa de campo modesta construida por Luis XIII. En este lugar, el solía ir de caza y descansar de la ajetreada vida de París. Durante el reinado de Luis XIII Versalles no era ni remotamente algo parecido a un palacio, cosa que cambiaría cuando Luis XIV llegará al trono.

Tiempo después de que Luis XIV fuera coronado, el comenzó a buscar un lugar para vivir, cansado de haber habitado en diversos lugares como el Louvre o el Palacio Real. Una vez que conoció la Chateau de Versalles, la casa de campo de su padre, Luis XIII, decidió que era ahí donde quería vivir, por lo que invirtió mas de la mitad de los ingresos de todo un año del país para convertir la sencilla casa en un palacio digno de la realeza.

Posteriormente, durante los reinados de Luis XV y Luis XVI, Versalles sufrió poco a poco cambios que afectaron su majestuosidad. Jamás Versalles volvió a tener la atención que Luis XIV le prestaba y fue olvidado por la familia real.

Después de la Revolución Francesa, el Palacio de Versalles fue saqueado y ya casi no fue utilizado, salvo en ocasiones especiales como la coronación del emperador alemán en 1871 o la firma del Tratado de Versalles en 1919.

Hoy en día, Versalles es un palacio nacional en el que se reciben a jefes de Estado de otros países. Además, cuenta con varias secciones abiertas al público, las cuales son un gran atractivo turístico en la región. Igualmente, los majestuosos jardines del Palacio de Versalles tienen sus puertas abiertas y atraen a un gran número de visitantes. Estos son tan grandes que es posible rentar bicicletas e incluso carros de golf para recorrerlos.

Sigue leyendo este artículo para información sobre los precios, horarios, transporte, ubicación y más sobre el Palacio de Versalles.


Curiosidades

Al visitar el Palacio de Versalles, en Paris, observamos que el suntuoso palacio, no tiene baños.

En la Edad Media no existían cepillos de dientes, perfumes, desodorantes y mucho menos papel higiénico.
Las heces y orinas humanas eran tiradas por la ventana del palacio.

En un día de fiesta, la cocina del palacio era capaz de preparar un banquete para 1500 personas sin la más mínima higiene. Vemos en las películas a la gente siendo abanicada. La explicación no esta en el calor, sino en el mal olor que exhalaban las personas por debajo de los vestidos.
(Eran hechos los abanicos a propósito para contener sin expulsar los olores de las partes íntimas porque no se
lavaban).
Tampoco había costumbre de bañarse porque no hacía las habitaciones y no había agua corriente. Así el ma lolor era disipado por el abanico.
Pero solo los nobles tenían lacayos que hacían esta labor. Además de disipar el aire también espantaban insectos que se acumulaban a su alrededor o dentro de sus ropas.
Quien ha estado en Versalles se ha maravillado con sus jardines, enormes y hermosos pero que en esas épocas eran más usados que contemplados, ya que se usaban como retretes en las fiestas promovidas por la realeza, ya que no tenían baños y se reunía una gran cantidad de personas.
En la Edad Media la mayoría de las bodas se celebraban solo en el mes de junio, al comienzo del verano. La razón era sencilla: el primer baño del año era tomado o realizado siempre y solo en mayo, así, en junio, el olor de las personas aún era tolerable.
Así mismo, como algunos olores ya empezaban a ser molestos, las novias llevaban ramos de flores al lado de su cuerpo en los carruajes para disfrazar el mal olor.
Así nace mayo como mes de las novias y la tradición del ramo de novia. Los baños eran tomados en una bañera enorme llena de agua caliente.
El padre de la familia era el primero en tomarlo, luego los otros hombres de la casa por orden de edad y después las mujeres, también en orden de edad.
Al final los niños. Y los bebes los últimos. Pero cuando se llegaba a ellos ya se perdía con frecuencia un bebe dentro de esa agua por lo sucia que podía estar.

Los tejados de las casas no tenían bajo tejado y en las vigas de madera se criaban animales, gatos, perros, ratas y otros bichos.
Cuando llovía las goteras forzaban a los animales a bajar.
De esto nació la expresión 'llueven perros y gatos' típica anglosajona.
Los más ricos tenían platos de estaño. Ciertos alimentos oxidaban el material y hacia que mucha gente muriese envenenada ya que esto se agregaba a la falta de higiene de la época por lo que era muy frecuente. Los tomates, que eran ácidos y provocaban este efecto.
Fueron considerados tóxicos durante mucho tiempo.

En los vasos ocurría lo mismo donde, al contacto con whisky o cerveza hacia que la gente entrara en un estado narcolépsico producido tanto por la bebida como por el estaño.
Alguien que pasase por la calle y viese a alguna persona en este estado podía pensar que estaba muerto. Y lo preparaban para el entierro.
El cuerpo era colocado sobre la mesa de la cocina durante algunos días y permanecía ahí con la familia mientras ellos comían y bebían esperando que volviese en si o no.
De esta acción surgió el velatorio que hoy se hace junto al cadáver.
Los lugares para enterrar a los muertos eran pequeños y no había siempre suficiente sitio para todos. Los ataúdes eran abiertos y no exclusivos.
Retirados los huesos de un difunto previo metían el otro nuevo cadáver.
Los huesos eran retirados a un osario. A veces al abrir los ataúdes, se apercibía que el enterrado había arañado la tierra, porque había sido enterrado vivo.

En esa época surgió la idea de, al cerrar el ataúd, sujetar a la muñeca del difunto un hilo y pasarlo por un agujero del ataúd para ser fijado a una campanilla sobre la tierra. Si el individuo estaba vivo solo tenia que tirar del hilo.
Sonaría la campanilla y seria desenterrado ya que una persona estaba al lado del ataúd durante unos días. De esta acción surge la expresión que usamos hoy día: 'Salvados por la campana'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario